En los últimos meses no ha cesado de llover en Galicia. En ocasiones de forma torrencial, causando perjuicios en viviendas, coches o fincas. Si su hogar, vehículo o segunda residencia han sufrido desperfectos a causa de inundaciones producidas por la lluvia. Como cliente de una aseguradora es importante que sepa los pasos a seguir para recuperar los daños causados. Primero, deberá reunir toda la documentación relevante como fotos u otros testimonios que prueben los daños. Luego, deberá presentar una reclamación a su aseguradora. Esto generalmente se puede hacer por teléfono, correo electrónico o en línea. A continuación, la aseguradora debe evaluar la reclamación para determinar la cantidad de reembolso. Si no estuviera conforme, puede presentar un recurso o una apelación.
Desde la Fundación Inade (Instituto Atlántico del Seguro) recomiendan los pasos para actuar en caso de inundaciones producidas por grandes precipitaciones. En primer lugar, es importante que los afectados se pongan en contacto lo antes posible con sus aseguradoras o corredurías. Ya que el plazo para reclamar es de 7 días desde que se conoce el siniestro.
Según el informe El seguro y la sostenibilidad climática, las aseguradoras asumen siete de cada 10 siniestros meteorológicos. Mientras que el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) cubre aquellos calificados como “extraordinarios”. Tales son el anegamiento del terreno producido por lluvias o deshielo; por aguas procedentes de lagos con salida natural, de rías o ríos o de cursos de agua en superficie cuando se desborden de sus cauces normales. También embates de mar en la costa, aunque no haya anegamiento. La reclamación por inundación extraordinaria se puede realizar por internet (consorseguros.es), por teléfono (900 222 665) o solicitando asesoramiento al agente o corredor de seguros con el que se formalizó la póliza.
Otro tipo de inundaciones que no sean “extraordinarias” se consideran aquellas causadas por lluvia caída directamente sobre el riesgo asegurado y la lluvia recogida por su cubierta o azotea, su red de desagüe o sus patios. También la inundación causada por rotura de presas, canales, alcantarillas, colectores y otros cauces subterráneos artificiales, salvo que la rotura se haya producido como consecuencia directa de evento extraordinario cubierto por el Consorcio. En todo caso hay que acudir al agente o corredor con el que se contrató la póliza.
Según el informe El seguro y la sostenibilidad climática la mayor parte de los percances, y los de mayor gravedad, se producen en invierno. En concreto, durante diciembre y los primeros meses de cada año. Las inundaciones son más comunes de lo que en principio podría pensarse y pueden ocasionar daños significativos en una propiedad y en la economía familiar.
Tener un seguro que prevea este tipo de riesgo aporta tranquilidad y la famosa frase de tras la tempestad viene la calma podría decirse que, en estos casos, es gracias a los seguros, ya que se hacen cargo de la gran mayoría de desperfectos causados por una climatología adversa. O lo que es lo mismo, a mal tiempo, una buena póliza.
