La nueva Ley de Vivienda ha sido aprobada en el Congreso el pasado 27 de abril y por el Senado el 17 de mayo. Tiene como objetivo regularizar el sector inmobiliario en relación con el derecho a la vivienda y otros aspectos relevantes.
¿Qué regula?
A continuación, os presentamos algunas de las principales claves y novedades que incorpora esta nueva ley:
Reducción del número de inmuebles para considerarse gran tenedor. Serán aquellas personas físicas o jurídicas que posean 10 o más inmuebles urbanos (excluyendo garajes y trasteros) o 5 o más viviendas en zonas tensionadas.
Ampliación de las zonas tensionadas, con una nueva definición más amplia y exhaustiva. Áreas en las que el valor de la vivienda o del alquiler esté desajustado en relación con la capacidad adquisitiva de las familias, especialmente debido a la escasa disponibilidad de viviendas en el mercado. Las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos serán los encargados de establecer estas zonas.
Límite a la actualización del precio del alquiler. Se deja de tener como referencia el IPC. Asimismo, se limita la actualización al 2% durante este año y al 3% en 2024.
El pago de los gastos derivados del arrendamiento, ahora corre a cargo del propietario y no del inquilino. Desde la comisión de la inmobiliaria hasta el abono del seguro de impago de alquiler, entre otros.
¿Cómo me puede afectar?
La nueva normativa se compromete a aprobar todas las herramientas necesarias para garantizar el derecho básico de todos los ciudadanos españoles. Se ha puesto un mayor énfasis en equilibrar la relación arrendador-arrendatario, otorgando una serie de garantías y salvaguardias para los inquilinos que, a pesar de no implicar un detrimento en los derechos del propietario, se traducen en una mayor desconfianza y preocupación para estos.
Con esta incertidumbre, es comprensible que los propietarios se sientan preocupados por posibles impagos y sus consecuencias financieras. Es por ello que, contar con un seguro ante el impago de alquiler puede brindar una protección sólida y permitir mantener la calma.
Este tipo de seguro actúa como un escudo para los propietarios, ofreciendo una serie de ventajas y garantías. Cubre los impagos de renta, lo que asegura que, en caso de que el inquilino incumpla con sus obligaciones, el propietario recibirá una compensación económica. Esto puede ser especialmente importante para los pequeños propietarios que utilizan sus inmuebles como vía para canalizar sus ahorros.